La envidia es un sentimiento derivado de la frustración propia y siempre genera traiciones, para los grandes Maestros luchar contra los envidiosos es una lucha vana, lo mejor es crear empatia con ellos y dejarlos seguir su camino, quien envidia no desea querer a la persona y no lo hará, así entonces nada bueno saldrá del envidioso, pues es mentira que desee las oportunidades del otro, desea su lugar o lo que es lo mismo rechaza su propia persona y eso no se corrige ocupando el lugar ajeno. "Compartir con el envidioso lo aleja muchas veces, al ver en su espejo que no le pertenece y que nada cambio en él con lo ajeno, pero ese es camino de Santos"
Según cuenta Enrique Rojas, psicólogo y psiquiatra, es difícil descubrir al envidioso pues a veces se esconde a través de una apariencia amable, acogedora y simpática y otras se camufla en conductas de excesivo respeto, o excesiva admiración, el envidioso se "alegra de los fracasos ajenos", "sufre con los éxitos ajenos", pero desaprovecha tanta energía que no es capaz de alcanzar sus propios objetivos.