Fibromialgia

¿Sabes en qué consiste esta enfermedad? ¿Cuáles son sus síntomas? En esta entrada encontrarás algunas respuestas que te permitirán conocer un poco mejor las características del trastorno y lo que viven las personas que lo sufren.

Empecemos por el principio ¿Qué es la fibromialgia?

Se trata de un síndrome crónico de causa desconocida, caracterizado por la presencia de dolor musculoesquelético generalizado, que afecta a la persona en todas las áreas de su vida (biológica, psicológica y social). Según datos recientes del Ministerio de Sanidad, en España afecta al 2,4 % de la población, predominantemente mujeres. Se trata de un trastorno complejo, los síntomas varían de una persona a otra en sus manifestación e intensidad. Además, el dolor puede ser fluctuante a lo largo del día o agravarse en situaciones de estrés.

Las personas que presentan esta enfermedad, frecuentemente sufren una serie de síntomas asociados como fatiga, problemas de sueño, rigidez articular, parestesias, dolor de cabeza, ansiedad, depresión, dificultades de concentración, problemas de memoria, hipersensibilidad ambiental entre otros muchos. Todo esto agrava el problema y deteriora aún más la calidad de vida de la persona que lo sufre hasta llegar a ser, en ocasiones, invalidante.

La fibromialgia fue reconocida en el año 1992 por la Organización Mundial de la Salud e incluida en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) como enfermedad reumatológica. Pese a ello, debido a la desinformación, la ausencia de marcadores visibles y a las características del diagnóstico, las personas que sienten este tipo de dolor suelen tener que luchar para que se les reconozca.

¿Cuál es su causa? ¿Cómo se realiza el diagnóstico?

Como hemos dicho, no existe una etiología orgánica totalmente conocida, sin embargo, estudios recientes señalan alteraciones en el sistema nociceptivo (disminución del umbral del dolor), así como mayor excitación en determinadas áreas cerebrales y disminución de las respuestas inhibitorias que modulan y controlan el dolor. Sin embargo, estas alteraciones no son específicas de esta patología por lo que se requiere mayor investigación en este campo.

Se realiza un diagnóstico clínico puesto que no existen pruebas objetivas específicas que permitan diagnosticar la enfermedad. Se requiere la presencia conjunta de dos criterios establecidos por la Sociedad Americana de Reumatología:

• Presencia de dolor generalizado al menos durante 3 meses.
• Dolor a la presión de al menos 11 de 18 puntos predefinidos, considerados áreas sensibles y que no presentan signos inflamatorios.

Sin embargo, se ha observado que muchos pacientes no llegan a cumplir estos criterios pese a compartir sintomatología. Por esta razón se está estudiando la posibilidad de incluir una valoración cuantitativa del dolor así como de las múltiples manifestaciones sintomatológicas que acompañan a la Fibromialgia.

 ¿Tiene tratamiento?

Al no conocerse la etiología de la enfermedad, el tratamiento se centra en abordar los síntomas. Los principales objetivos suelen ser la disminución del dolor y de la fatiga, la mejora del sueño, del nivel de actividad y de la calidad de vida de la persona. Para ello es necesario intervenir en función del grado de afectación del paciente y, generalmente, de forma multidisciplinar.

Estudios recientes consideran que el tratamiento de una persona con fibromialgia debe incluir, además del tratamiento farmacológico,programas educativos que potencien el autocontrol de la persona sobre la enfermedad, ejercicio físico moderado e intervención psicológica.

 ¿Por qué se interviene a nivel psicológico? ¿sirve para algo?

La mayoría de las personas diagnosticadas de fibromialgia, hasta que llegan a consulta psicológica han sufrido una larga peregrinación por diferentes especialistas buscando poner un nombre a su dolor, una respuesta a su problema, saber qué es lo que tienen.

Imaginemos por un momento lo que supone sentir un dolor continuo, día tras día, sin evidencias médicas que lo avalen. Acudir a un médico, a otro, a otro y a otro más… tu familia duda, no puede ser para tanto, después de todo sigues adelante cada día. “No paras de quejarte”, “eres una exagerada”, “te lo estás inventando”… se enfrentan a un síntoma añadido: La incomprensión.

Este periodo que transcurre hasta que los médicos llegan a un diagnóstico puede prolongarse muchos años. Las personas con fibromialgia con las que he tenido el gusto de trabajar refieren haber sentido un gran alivio cuando por fin se confirma un diagnóstico. Imaginémoslo de nuevo, alguien te confirma que lo que estás sufriendo tiene un nombre, hay más personas como tú, ¡no estás loca!… y si tiene nombre, tendrá solución ¿no?

Las personas suelen necesitar un tiempo para asimilar en qué consiste su enfermedad y mucho más para adaptarse a ella. Después del alivio del diagnóstico viene el conocimiento de todo lo que trae consigo este problema, las limitaciones, los cambios necesarios en su estilo de vida, las posibilidades de actuar. En estos momentos se vive un abanico de emociones, alegría, tristeza, rabia, impotencia, miedo… Se entra en un círculo, suelen ser mujeres que se consideraban muy activas e inquietas, exigentes consigo mismas, por lo que se aprovechan momentos de menor dolor para hacer mayor actividad, no se regula adecuadamente, entonces se siente mayor dolor. Disminuyen las expectativas, se ve el futuro muy negro. El estado de ánimo disminuye, y con él las ganas de hacer cosas, se evitan lugares o actividades que antes resultaban agradables. Asaltan pensamientos catastrofistas, preocupaciones, aumenta la sensación de incapacidad, la ansiedad aflora, el estrés incrementa el dolor. Todo es un círculo que se retroalimenta.

La intervención psicológica en fibromialgia no hace que desaparezca el problema. Pero busca romper estos círculos viciosos que agravan la percepción de dolor. Aborda el problema a nivel cognitivo, emocional y conductual y enseña estrategias para conocer, aceptar y afrontar la enfermedad,  reducir su incidencia en el día a día y lo más importante, mejorar la calidad de vida de las personas que sufren.