“No existe un mal día, sólo existe un mal momento que elegís llevarlo con vos todo el día.”
El lenguaje es condicionante y no tan inocente como solemos verlo.
Desde siempre se consideró al lenguaje como descriptivo, como la herramienta que nos permite dar cuenta de lo que nuestros sentidos perciben de la realidad exterior y lo que nosotros pensamos en nuestro mundo interior. Desde esta mirada, el lenguaje es posterior a la realidad. Algo existe y entonces con el lenguaje damos testimonio de ello.
Desde hace muchos años atrás, los filósofos identificaron que el lenguaje, además de tener una función descriptiva de la realidad, tiene otra función no tan visible ni tenida en cuenta. Un aspecto siempre estuvo presente, el poder generativo, lo que el lenguaje genera en uno mismo y en los demás. A partir del lenguaje emergen nuevas realidades que no existían antes.
Cuántas veces nos escuchamos decir “hoy no tuve un buen día…” y cuando decimos esto estamos eligiendo los fragmentos del día que pondremos en la vitrina para mostrar, colocarnos en una emocionalidad determinada e impactar con nuestra declaración a los que nos rodean…
Que tengas un día con buenas elecciones.
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