Luego explico a mis clientes que, independientemente de lo que parezca ser el problema, siempre
centro mi trabajo en una única cosa, y es Amarse a sí mismo. El amor es la cura milagrosa: si nos
amamos, aparecen los milagros en nuestra vida.
No estoy hablando de vanidad ni arrogancia ni engreimiento, porque nada de eso es amor: no es
más que miedo. De lo que hablo es de tener un gran respeto por nosotros mismos, y de estar
agradecidos por el milagro de nuestro cuerpo y de nuestra mente.
Para mí, "amor" es apreciación llevada a un grado tal que me llena el corazón hasta rebosar. El
amor puede orientarse en cualquier dirección, yo puedo sentir amor por:
o El proceso de la vida como tal.
o El júbilo de estar viva.
o La belleza que veo.
o Otra persona.
o El conocimiento.
o El funcionamiento de la mente.
o Nuestro cuerpo y la forma en que
funciona.
o Los animales, aves y peces.
o La vegetación en todas sus formas.
o El Universo y la forma en que funciona.
¿Qué puede añadir usted a esta lista?
Veamos algunas formas en que no nos amamos:
Nos regañamos y criticamos interminable mente. Maltratamos el cuerpo con la mala alimentación,
el alcohol y otras drogas.
Aceptamos creer que no somos dignos de amor.
No nos atrevemos a cobrar un precio digno por nuestros servicios.
Creamos enfermedades y dolor en nuestro cuerpo. Nos demoramos en hacer las cosas que nos
beneficiarían. Vivimos en el caos y el desorden. Nos creamos deudas y obligaciones. Atraemos amantes
y compañeros que nos humillan.
Piense cuáles son algunas de sus maneras.
Si, de la manera que sea, negamos nuestro bien, ése es un acto en que no nos amamos a
nosotros mismos. Recuerdo a una clienta mía que usaba lentillas. Un día se libró de un antiguo miedo
que le venía de la infancia, y a la mañana siguiente, al despertarse, se dio cuenta de que las lentes de
contacto le molestaban demasiado para ponérselas. Miró a su alrededor y comprobó que veía con
perfecta claridad.
Sin embargo, se pasó el día entero diciéndose para sus adentros: "Pues no me lo creo". Al día
siguiente volvió a usarlas. Nuestro subconsciente no tiene sentido del humor. Mi clienta no podía creer
que se hubiera creado una vista perfecta.
El desconocimiento del propio valor es otra forma de expresar que no nos amamos a nosotros
mismos.
11 de 92 Louise L. Hay Usted puede sanar su vida
Tom era un pintor excelente, y tenía algunos clientes adinerados que le pedían que les pintase
murales en sus casas. Sin embargo, no se sabía por qué él siempre se quedaba corto en sus
honorarios. Su factura jamás llegaba a cubrir el tiempo que le había llevado el trabajo. Cualquiera que
ofrece un servicio o crea un producto que es único en su género puede fijarle cualquier precio. A los
ricos les encanta pagar mucho por lo que compran; sienten que eso da más valor al artículo. He aquí
algunos ejemplos más:
o Mi compañero está cansado y de mal humor, y pienso qué habré hecho yo para que así sea.
o Alguien me invita a salir un par de veces y después no vuelve a llamar. Supongo que yo debo
de haber cometido alguna incorrección.
o Mi matrimonio se deshace, y me quedo convencida de que el fracaso es mío.
o Mi cuerpo no está a la altura de los de las revistas de moda, femenina o masculina, y me siento
inferior.
o Si no "hago la venta" o no "consigo el papel", estoy seguro de que "no sirvo para nada".
o Como me asusta la intimidad, no permito que nadie se me acerque demasiado y me refugio en
los contactos sexuales anónimos.
o No puedo tomar decisiones porque estoy seguro de equivocarme.
¿Cómo expresa usted su desconocimiento de su propio valor?
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