La vida es una sola y demasiado corta para que esperemos ingenuamente ese momento perfecto, en el cual creemos que la felicidad bajará de algún cielo, e ingresará a nuestra vida en forma de dinero, oportunidad, persona, etc., y que simplemente con abrazar ese instante, juntaremos la fuerza para: ¡empezar a ser feliz!. No. La felicidad es un viaje mucho más largo que ese, más profundo, y más reconfortante, por cierto. Es una decisión diaria ser feliz, y cómo cualquier otro hábito, requiere un compromiso constante para internalizarlo. Entonces, ten primero la INTENCIÓN, la predisposición para salir de tu zona de confort, para dejar viejas costumbres y pensamientos atrás, y ahora mismo empieza a realizar simples modificaciones, que irán aportando esa sensación de bienestar y plenitud, que te permitirán ser más feliz.
Es decir: deja de buscar la felicidad, y empezar a vivir la felicidad. Buscar constantemente como ser feliz, puede generar angustia. Esto sucede cuando quienes la buscan, lo hacen pensando en que todo lo que se sugiere realizar para alcanzar la felicidad, DEBE de hecho hacerlos felices, y no saben lidiar con la frustración, si los resultados no aparecen en tiempo y forma. La verdad, es que la felicidad, no es producto de hacer una cosa, sino de un cambio en el estilo de vida, y no siempre se lo consigue por arte de magia.
Puedes empezar ahora mismo realizando simples cambios como: perdona, deja ir, relájate (no puedes controlarlo todo), prioriza la paz y no siempre la razón (es mucho más saludable), redefine tus valores, sonríe un poco más, di gracias, no te presiones, come despacio y disfruta cada bocado,
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