Cuando estoy preparada para dejar marchar una vieja costumbre, aparece como un problema. Estoy aprendiendo a identificar mis problemas como mensajeros provenientes de un lugar profundo de mi interior que anhela ser amado. Le pido al Universo que me ayude a dejar marchar el temor, y me permito tener una nueva comprensión. Estoy aprendiendo a ser amable con mis hábitos y creencias negativas. Antes solía decir: “Quiero librarme de eso”; ahora sé que he creado todos mis hábitos para un propósito determinado. De modo que dejo marchar los viejos hábitos con amor y encuentro maneras más positivas de satisfacer esas necesidades.
Todos mis nuevos hábitos me apoyan positivamente.
Todos mis nuevos hábitos me apoyan positivamente.
-Louise L. Hay.-
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