A nivel personal, algunos de los principales aspectos que se ven alterados son:
- Estilo de vida,
- emociones,
- identidad y auto imagen
- tipo de pensamiento e
- Incapacidad, dependencia y falta de control personal.
Estilo de vida:
Los cambios, en este aspecto, dependen principalmente del tipo de enfermedad y de su tratamiento.
Necesitamos modificar nuestra alimentación, hábitos, adaptar nuestros horarios, disminuir o abandonar algunas de las actividades que realizábamos antes de enfermar, etc.
Cualquier cambio puede ser difícil de manejar y provocar estrés o angustia.
Pero los "obligados" por la enfermedad, en un momento tan difícil, tienen una carga emocional mucho mayor.
Los cambios, en este aspecto, dependen principalmente del tipo de enfermedad y de su tratamiento.
Necesitamos modificar nuestra alimentación, hábitos, adaptar nuestros horarios, disminuir o abandonar algunas de las actividades que realizábamos antes de enfermar, etc.
Cualquier cambio puede ser difícil de manejar y provocar estrés o angustia.
Pero los "obligados" por la enfermedad, en un momento tan difícil, tienen una carga emocional mucho mayor.
Emociones:
Cuando tenemos una enfermedad crónica o de larga duración, la angustia, temor, coraje y/o depresión, forman parte de nuestra vida diaria.
También podemos sentirnos solos, abandonados y caer en la autocompasión.
A pesar de que alguna de estas emociones puede predominar, generalmente oscilamos entre una y otra.
El no poder manejar dichas emociones, aumenta nuestra sensación de incapacidad.
Cuando tenemos una enfermedad crónica o de larga duración, la angustia, temor, coraje y/o depresión, forman parte de nuestra vida diaria.
También podemos sentirnos solos, abandonados y caer en la autocompasión.
A pesar de que alguna de estas emociones puede predominar, generalmente oscilamos entre una y otra.
El no poder manejar dichas emociones, aumenta nuestra sensación de incapacidad.
Identidad y autoimagen.
Todos tenemos una autoimagen, en función de la cual decimos:
"Yo soy…".
Cuando tenemos una enfermedad crónica, sobre todo de cierta gravedad o con mayores limitaciones, todas nuestras características parecen perder importancia y sólo destaca la enfermedad.
La enfermedad se vuelve nuestra tarjeta de presentación.
Cuando nos percibimos a nosotros mismos, de una manera diferente, percibimos a los demás y nos relacionamos con ellos, también de una manera distinta.
Todos tenemos una autoimagen, en función de la cual decimos:
"Yo soy…".
Cuando tenemos una enfermedad crónica, sobre todo de cierta gravedad o con mayores limitaciones, todas nuestras características parecen perder importancia y sólo destaca la enfermedad.
La enfermedad se vuelve nuestra tarjeta de presentación.
Cuando nos percibimos a nosotros mismos, de una manera diferente, percibimos a los demás y nos relacionamos con ellos, también de una manera distinta.
Tipos de pensamiento.
Cuando estamos enfermos nuestro pensamiento se vuelve negativo y pesimista.
Tendemos a exagerar, interpretar equivocadamente y a negar aquello que puede aumentar nuestro sufrimiento.
Esto nos lleva a una actitud rígida, que nos perjudica física y emocionalmente.
Si nos dejamos llevar por esta situación, nuestra autoestima se deteriora cada día más y más.
Cuando estamos enfermos nuestro pensamiento se vuelve negativo y pesimista.
Tendemos a exagerar, interpretar equivocadamente y a negar aquello que puede aumentar nuestro sufrimiento.
Esto nos lleva a una actitud rígida, que nos perjudica física y emocionalmente.
Si nos dejamos llevar por esta situación, nuestra autoestima se deteriora cada día más y más.
Incapacidad, dependencia y falta de control personal.
Muchas de las enfermedades nos hacen sentir incapaces y dependientes.
Necesitamos compañía, ayuda para cuidarnos o transportarnos, apoyo económico, etc.
Todas estas situaciones y muchas otras, nos dan una sensación de falta de control sobre nuestra propia vida.
Este es uno de los elementos que más afectan a nuestra autoestima.
Muchas de las enfermedades nos hacen sentir incapaces y dependientes.
Necesitamos compañía, ayuda para cuidarnos o transportarnos, apoyo económico, etc.
Todas estas situaciones y muchas otras, nos dan una sensación de falta de control sobre nuestra propia vida.
Este es uno de los elementos que más afectan a nuestra autoestima.
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