“No era la profundidad lo que me ahogaba,
sino el tiempo que pasé debajo del agua”
El temor al daño personal
Muchos de nosotros tememos sufrir algunos eventos que se dicen “traumáticos” en la vida. Y a veces por ese temor intentamos encaminar nuestra trayectoria vital lo más lejos de una “zona de conflicto“.
Y así, mientras intentamos evitar grandes estresores vitales que pueden causarnos un gran daño (accidentes, enfermedad, divorcios, agresiones, pérdidas,situaciones de guerra o conflicto, etc), suceden a nuestro alrededor otros con apariencia más leve.
Sin embargo, numerosos estudios sobre el estrés (Sandín y Choroit,1991) y el impacto de los estresores vitales o contrariedades varias (“hassless” en inglés), han puesto de manifiesto que son los estresores menores diarios prolongados los que llevan a un mayor número de problemas de salud mental.
¿Cuáles son los estresores diarios que nos influyen?
Existen numerosas rutinas en nuestro día a día que pueden estar siendo altamente perjudiciales para nuestro bienestar físico y emocional.
Las rutinas diarias son aceptadas por compromiso social, costumbre, necesidad, miedo al cambio o por obligación. La mayoría de las veces casi de manera inconsciente.
Algunos de los factores que con el transcurso del tiempo no nos están aportando calma,ni beneficio y por lo tanto sería conveniente ponerle fin, pueden ser:
-Actitudes sobreprotectoras.
-Celos de pareja.
-Conflictos laborales, de pareja, familiares o con nuestros amigos.
-Mala comunicación con los demás.
-Ruidos y gritos que no nos dejan descansar.
-Exención de las responsabilidades.
-Acumulación de tareas.
Además, tenemos que tener en cuenta que dependiendo de la persona habrá unas situaciones o experiencias más estresantes que otras.
Es en este punto en el que cualquier persona debería preguntarse… ¿En qué medida esto que acepto como normal o cotidiano me está mermando como persona?
¿Es lícito y justo permitir en mi espacio personal continuas faltas de respeto o educación? ¿Dónde está el límite de la actitud beligerante o agresiva con la actitudasertiva, que me permitiría tratar con todo esto que me desagrada?
Las consecuencias de los pequeños estresores en nuestras vidas
Es interesante darnos cuenta de que muchos de estos agentes externos desagradables pasan inadvertidos en un primer momento de nuestra vida, para luego expresarse de forma más evidente.
Existe por tanto una sensación de indefensión y de culpabilidad al darnos cuenta que muchas de las cosas que hoy nos causan desagrado, anteriormente nos producían bienestar.
Pero aunque esa sensación sea normal al intentar enfrentar y terminar con el problema, no debe ser un obstáculo. Todos sabemos que muchas cosas de nuestra vida pueden cambiar y otras permanecer estables.
Lo importante es que sintamos que nuestro entorno es afín a nosotros, y no hostil.
Esto no tiene nada que ver con la capacidad de sacrificio, lucha y entrega. Es una cuestión de pura inteligencia emocional:
Es difícil remar fuerte y seguido, por tanto intenta en la medida de lo posible encontrar un clima favorable para ti y no uno que te lo ponga aún más complicado
De lo contrario, este sentimiento de indefensión ante los estresores que nos rodean se cronificará, nuestro carácter se volverá más irascible, nuestro humor será cambiante,somatizaremos el malestar y nos sentiremos incapaces de llevar a cabo cambios productivos para nuestra vida.
Nuestras rutinas se harán cárceles para nuestros sentidos y deseos.
Incluso, la tendencia depresiva aparecerá como una consecuencia inevitable de estos pequeños “sinsabores diarios”.
Por lo tanto, procura buscar momentos de descanso y relax para recuperar las fuerzas y poder continuar.
Tómate un respiro y ten momentos para ti. Desconectar nos ayuda a conectar con más energía más tarde, con las ideas y los sentimientos más claros. Nos permite renovarnos.
Cuida tu rutina,cuida tu día a día,cuídate
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