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17 ago 2015

La importancia de nuestros límites emocionales

Suele decirse que nunca podemos llegar a saber hasta donde somos capaces de aguantar. Que la capacidad del ser humano para soportar y sufrir, puede ser a veces inmensa. Pero no es del todo cierto.
Uno puede estar viviendo una situación con un alto nivel de estrés y ansiedad, y no aparentar exteriormente excesivo padecimiento, pero por dentro, el sufrimiento vital nos va quebrando.
No solo nuestra salud física se resiente, siendo más vulnerables a todo tipo de enfermedades, sino que además, nuestro auto-concepto empieza a distorsionarse.
Dejaremos incluso de reconocernos a nosotros mismos, y a perder claramente nuestra autoestima.
Somos zombies en vida. Personas que no han podido o no han sabido marcar un límite de defensa, una barrera donde decirnos “hasta aquí voy a llegar”.
Sabemos que a veces no es fácil, que decir un “no” puede tildarnos de egoísmo ante determinadas personas. Pero si no disponemos de esa barrera de auto-protección, poco a poco nos quedaremos sin oxígeno para poder respirar.

No seremos capaces de mantener esa autonomía emocional, la base de nuestro equilibrio y felicidad.

¿Cómo saber cuándo se sobrepasa el límite emocional?



No es algo sencillo. En el momento en que hablamos de emociones se entremezclan muchas otras dimensiones.
Imaginemos un contexto laboral donde no somos bien tratados, donde se nos exige y no se reconoce nuestro esfuerzo. Donde se nos manipula.
Somos conscientes de que se ha sobrepasado nuestro límite emocional, pero sin embargo necesitamos de dicho empleo para seguir subsistiendo. Para mantener una familia. ¿Qué podemos hacer?
Seguramente ampliaremos un poco más ese límite emocional, y lo haremos un poco más grande para aceptar dicha intromisión, dicha extorsión laboral. ¿Pero qué ocurrirá a largo plazo?
El nivel de estrés al que llegaremos afectará directamente a nuestra salud, e incluso a nuestras relaciones familiares: menos tiempo, menos calidad de vida…
Pongamos otro ejemplo: Una relación afectiva, una relación tóxica.
Somos manipulados por una persona que antepone sus necesidades a las nuestras, que ejerce el chantaje emocional y que nos sume en un carrusel de altibajos donde nunca sabemos a qué atenernos.
Sabemos que estamos sufriendo, que hemos perdido todo límite emocional a favor de esa persona. Pero sin embargo, somos incapaces de reaccionar porque, simplemente, estamos enamorados. ¿Qué ocurrirá a largo plazo?
El abanico de posibilidades ante estas conocidas situaciones puede ser inmenso, perolos finales nunca suelen ser buenos.

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