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24 ago 2015

ENGÁÑATE SONRIENDO

Se dice que somos esclavos de nuestras emociones al igual que de nuestras palabras pero… ¿Y si fuéramos capaces de decidir cómo nos apetece sentirnos hoy? ¿Y si fuéramos capaces de elegir cómo nos afectan las cosas que no podemos controlar?
Voy a enseñarte a elegir tu estado de ánimo. Voy a decirte el secreto de la fórmula de la felicidad, como la famosa bebida.
Las mentiras se pueden interpretar como actos para influir en los demás pero, ¿y si quisiéramos influir en nosotros mismos? En esto se basa el autoengaño, pero… ¿y si fuese posible dar un paso más y engañar a nuestro propio cerebro con el objetivo de modificar nuestras emociones? El cerebro es un órgano lógico que organiza y clasifica la realidad. El cerebro no acepta una situación que se salga de su marco de confianza y nunca busca un nuevo marco referencial, es decir, al cerebro no le gustan los cambios.
Un ejemplo puede ser apuntarte a un gimnasio. Los primeros 21 días tendrás agujetas, pondrás excusas para no ir, estará lloviendo, nunca tendrás suficiente tiempo, etc. Sin embargo cuando llegues al día 22, el cerebro habrá asimilado esa nueva actividad hasta convertirla en un hábito. De un día para otro tus excusas habrán desaparecido y entrarás con una sonrisa en la sala de musculación.
El cerebro vive en ámbitos lógicos de rutina, por esta razón si sale de su zona de confort perderá la sensación de comodidad y tratará de volver a ella de cualquier forma. Además tratará de adaptar la realidad a su ámbito. Un ejemplo es la depresión, cuando estás deprimido sólo encuentras motivos para llorar.
Las emociones se manifiestan a través de las expresiones. Una expresión conlleva un sentimiento, como puede ser una sonrisa que implica felicidad. Si podemos cambiar cualquier ámbito de rutina cerebral, ¿por qué no el más importante? ¿Qué pasaría si fingimos ser felices?
¿Y cómo podemos hacerlo?
Para empezar debes reconocer las expresiones que impliquen los sentimientos que buscas. Si buscas ser feliz sonríe. Una sonrisa es el máximo exponente de la felicidad. Sonríe cada vez que puedas, aunque no encuentres ningún motivo simplemente sonríe. Aunque sea una sonrisa falsa (al principio la mayoría serán así).

Llegará un momento en el que tu cerebro se confundirá y pensará que realmente sí que tienes un motivo para sonreír. Tu cerebro verá que siempre tienes una sonrisa en la cara y buscará todos los motivos para ser feliz y mantener su lógica mediante tu sonrisa. Cuando llegue ese momento serás feliz, sonreirás pensando en este artículo y seguro que será una sonrisa real.
Para desarrollar cualquier tipo de emoción o actitud diferente debes seguir el mismo proceso pero con las expresiones correspondientes que ya procederé a explicar en nuevos artículos.
Si podemos mentir a cualquier persona… ¿Por qué no usar esta posibilidad con nosotros? ¿Por qué conformarnos con la realidad que nos ha tocado vivir?
Sonríe y no pienses que este consejo no se puede aplicar a tu vida. No hay nada que te impida sonreír. Sonríe y sé feliz.
Recuerda: dibuja una sonrisa para el mundo. La vida son dos días y ya vamos por el segundo.

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