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15 nov 2020

Sentir mi corazón latir una ves más

Durante años creí en lo real.
De ser leal a tu convicción.
A ser franca con una misma.
Y seguir tus métodos de supervivencia, por razónes qué la vida te muestra la parte dura para crecer 
Me guíe siempre por el lado equivocado.
Quizás no para mi, porque nadie tiene qué saber qué nos pasó en la vida, en la niñez o en la juventud.
Hoy llegó a la conclusión de qué todo lo qué aprendí ya sea malo o bueno, fúe lo que me mostró el camino a ser quien soy.
No comprendí muchos años lo que mi mente desbordada en lágrimas y siempre busqué una respuesta a marcas qué llevó por dentro de la piel.
Y eso en cierto modo, te vuelven dura, fría.
No confiar en nadie.
A medida qué pasó el tiempo mis preguntas eran más frecuentes.
Cómo queriendo llenar algún vacío, qué ni yo misma entendí.
Y de a poco esas pregunta se volvieron hirientes, se volvieron parte de mi tristeza.
Porqué no comprendía el ¿por que? los daños causados en el pasado perseguían mis noches, mis desvelos.
Quise alejarme un tiempo de respuestas ingenuas 
Ver otra realidad y allí creó qué me invente una vida distinta a la que llevaba por dentro.
Me aleje de cuestionamientos, callé, enterré y seguí mi vida.
Sin un sentido.
Sin un camino para recorrer.
Me daba lo mismo dónde marcaba el camino.
Hoy y sin prejuicios me di contra la pared.
Negué tanto que me volví esclava de algún juicio que yo misma me volví víctima.
El no aceptar o recordar viejas heridas.
Me alejó de tanto, de cosas qué podrían haber sido diferentes.
De una alegría que quedó dibujada en el rostro y yo muy bien sabía qué no era más que una máscara.
Para no pagar la deuda de un extraño qué me jodió la vida.
Hoy salió a la luz todo ese pudor.
La desgana 
La mentira.
Las verdades oculta por tantos años.
Qué ni mi yo misma reconozco quién soy ahora.
No es fácil ser algo tantos años y de repente poner un punto y aparte.
Ya no quieró más escondidas 
Más dibujos de una persona qué siempre está feliz.
Ya no aguanto ese peso 
Busco bajó mi cama la respuesta al ¿por qué? Tapar con tanto miedo.
¿Por que fue así?
Miedo a qué pasará, si admito todo lo que me corto las alas.
Si yo quiero volar.
Tengo sueños escondidos
Esperanzas vencidas
Y hoy inclinó mi cabeza.
Pero no más hacía abajo.
Sino mirando el altar de mi fuerza.
Eso me mantuvo todos estos años 
La fortaleza de no bajar jamás los brazos y caminando me encontré con tanta personas qué dieron la cara y no fingieron qué no pasaba nada.
Eso me ayudó a delatar.
A condenar.
A salir de mi mundo imaginario.
Y vivir con cicatrices, qué marcaron un pasado y en mi futuro.
Ya no hay culpa.
Porqué yo no fui la que rompió la cajita de cristal en dónde me criaron 
Dije basta...
Porque me cansé de mirar para al costado.
De no dejar qué los sueños me hagan feliz...
De volar alto.
Muy alto dónde se pueda ver la luna.
Las estrellas.
Mi gran amor.
Mi pendiente con el cielo...
Sigó y voy sin contar los pasos.
Sigó, no doy más vuelta la cara a lo viejo.
Lo asumo y le doy la espalda.
Ya conocí el perdón.
Es momento de ponerlo en práctica.
De perdonar algo qué yo no hice.
Algo que me consumió en vida.
Sigó a paso de ese baile qué no pude bailar.
Y me abrazó.
Porqué de tantos de ellos.
Me perdí porqué me congela el alma...
Y hoy la voy a sacar al sol.
Así, puedo disfrutar de lo qué tanto perdí.
Ser ñina ya no puedo.
Pero puedo honrar a la mujer que hoy soy...
Y darle la vida qué me merezco.
Disfrutar hasta del aire que respiró.
Ya no más humo.
Sólo el aroma a jazmín, qué suelo quedar horas sintiendo esa paz que me causa.
Quieró 
Puedo y lo merezco.
Sentir mi corazón latir una ves más..
                                     Natalia Yarad

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