Hay juegos qué conviene dejar de jugarlos...
Cuándo se crece.
Cómo cuándo mamá te decía, qué no saltes en el borde de la cama porqué te ibas a lastimar.
¡Y era cierto!
¡No solo era cierto!
Si no que además no aprendías nada,.
Porque lo volvías a hacer.
Hay ciertos juegos, qué cuándo crecemos no necesitamos seguir jugando.
No necesitamos demostrar nada.
Lo qué sabemos, lo sabemos y ya está.
Es para adentro.
A veces hay que dejar jugando al otro solo,.
Qué juegue la primera, la segunda y la tercera.
Qué se contesté, qué se haga señas, qué se aplauda.
Hay que aprender a bajarse de la cama a tiempo.
Dejar qué el otro siga saltando.
Siempre podemos decir hasta acá llegué.
Siempre podemos decidir cuándo se termina la partida.
Porque en estas cosas, el único qué gana, y canta jaque mate.
Es el que quiere estar en paz.
Sin tener qué probarle nada a nadie.
Es el que se retira a tiempo.
Y la libertad, no siempre es la misma para todos.
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