Tal vez sea hora de cortar con ese mandato que cargamos de ser "fuertes" désde la infancia.
No hay nada malo en reconocernos vulnerables o "quebrados" en determinados momentos y, hasta me atrevo a decir, es "necesario" para tener una vida saludable.
Con este reconocimiento comienza el camino de sanación y disolución de muchos de nuestros conflictos.
Negar qué somos vulnerables o qué en un determinado momento podemos sentirnos sobrepasados por las circunstancias es negar nuestra propia naturaleza humana.
El discurso imperante hoy en día en nombre de "ser positivos" y "exitosos" implica en muchos casos callar nuestros conflictos y más aún nuestros sentimientos.
Nada más lejos de nuestra propia humanidad. Si algo nos distingue de otras especies es nuestra capacidad de raciocinio y poder expresar nuestros sentimientos.
Mi concepto de "éxito" -si acaso éste existe- implica que puedo reconocerme vulnerable, imperfecta, incluso quebrada en alguna ocasión, y a partir de este reconocimiento puedo elegir re-accionar en una determinada dirección para solucionar un conflicto o incluso aceptar que nada puedo hacer o que nada quieró hacer quizás en determinada situación.
La libertad humana es infinita para limitar el concepto de "éxito" al "positivismo" o a un concepto de "perfecto" que implicaría literalmente dejar de ser "humano".
No existe ser humano que no haya "fracasado" en alguna situación, que no haya tenido desaciertos, que no tenga un conflicto pendiente de resolver.
Así que en esos momentos dónde "el mundo se cae" y te "rompes", admítelo, eres vulnerable. Más aún, que te sientas vulnerable no implica dejar de ser "fuerte".
Eres ambas cosas, porqué aún sintiéndote vulnerable en esa circunstancia, no dejas de ser tremendamente "fuerte", porqué tal es tu naturaleza humana.
Eres infinito.
El sólo hecho de decirte a tí mismo "me siento vulnerable" te traerá paz, un sentido de liberación y dominio de la situación que sea que atravieses y un sentido de libertad indescriptible.
Nada de esto sucedería sin ese reconocimiento de tu propia identidad humana.
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