Claro qué todo pasa...
Tarde o temprano, damos vuela la página.
Y nos corregimos en el error, en la desgracia o simplemente nos volvemos aprendices de la vida.
Sólo queda la ilusión de un dulce agradecer.
Por todo lo aprendido, por la razón de ser, el lugar y momento adecuado.
Para aprender, para satisfacer la necesidad de dar un respiro al corazón.
Y lo lindo qué el día nos regala.
Qué la vida nos dejó una huella para poder brillar y ser luz.
¡¡Agradecer de estar, ser y sentir!!
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