Un mal día no opaca nuestra capacidad de alumbrar.
El dolor físico o emocional no impide que seamos amables con otros.
El cansancio no limita nuestra imaginación, ni disminuye nuestro potencial de amor.
Estar ocupados no nos resta tiempo para hablar con la verdad o para llevar claridad y paz a un conflicto.
Los asuntos personales no nos hacen sordos ni ciegos a las necesidades ajenas.
Nada puede quitarnos la voluntad de hacer el bien más allá de nosotros mismos.
La diferencia entre actuar desde el amor o desde la queja, es solo una cuestión de elección, sin embargo hasta que no notamos que tenemos la posibilidad de elegir, actuamos por defecto.
La buena noticia es que si ya lo leíste ahora sos libre de elegir: seguir haciendo como si nada, o generar un cambio!
Escrito de Silvina Farenzena . Gracias 💥💞
No hay comentarios.:
Publicar un comentario