Aprender a cuidar de nosotros no es fácil porque siempre hemos tratado de cuidar de todos los que nos rodean, eso siempre nos ha hecho sentir bien y nos hace sentir compasivos, útiles, orgullosos y felices.
Pero en cualquier momento esto puede salirse de las manos cuando todo el cuidado que damos nos lleva por un estrés prolongado que creemos poder controlar y seguimos adelante sin pedir ayuda hasta agotar nuestro cuerpo y mente al máximo y enfermamos.
La vida entonces nos lleva de ser cuidadores a tener que ser cuidados y esto no sabemos cómo recibirlo, nos molesta, nos enoja, no sabemos pedir ayuda, creemos que no debe ser así y entonces vienen las frustraciones, la incertidumbre y la ansiedad.
Date permiso de aceptar ayuda, de cuidar de ti, también lo mereces, hoy ese cuidado que dabas regálatelo, nadie puede hacer por ti lo que tú crees que debería ser, hoy descansa si lo necesitas, haz lo que te llena, ve adelante paso a paso, sin prisa, pon límites si es necesario, llora si lo necesitas, habla con alguien de lo que sientes, no te guardes nada.
Hoy te toca disfrutar en la medida que puedes de ti, de tu tiempo, de tu cuidado, de tu familia y hasta de tu cama si lo necesitas. Solo así podrás aprender a cuidarte para sentirte mejor. Tu eres la parte clave de tu tratamiento.
Hoy por ti y mañana también.
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