Diversos estudios apuntan la hidroterapia o terapia acuática como una buena opción de tratamiento complementario para mejorar la calidad de vida de aquellos que padecen determinadas patologías reumáticas y crónicas como es el caso de la fibromialgia. Esto se debe a los efectos positivos que se obtienen tratándose de una terapia segura que no presenta efectos secundarios y no solo nos ayuda a mejorar el control del dolor, sino que también es efectiva en el control de la ansiedad.
¿En qué consiste la Hidroterapia?
La hidroterapia o terapia acuática es un método terapéutico donde se ponen en consonancia los conocimientos de rehabilitación y biomecánica necesarios junto a otras opciones de tratamiento para aprovechar al máximo las propiedades terapéuticas del medio acuático en el proceso de rehabilitación del aparato musculoesquelético.
Para que la terapia acuática sea efectiva, será necesario adaptarla a las necesidades de cada paciente tras realizar una adecuada evaluación de la sintomatología y los límites que presenta.
La hidroterapia ha demostrado ser efectiva en innumerables casos de patologías que afectan al aparato locomotor entre las cuales destacan:
• Esclerosis Lateral Amiotrófica
• Fibromialgia
• Artritis
• Atrofias musculares
• Enfermedades con alteración del equilibrio y la coordinación
• Esclerosis múltiple
Principios de la hidroterapia
La hidroterapia, cumple con unos determinados fundamentos que la llevan a ser considerada un magnífico método de tratamiento. Estos principios, además, nos permiten entender mejor la acción que tiene el agua en este proceso de rehabilitación.
Beneficios de la hidroterapia
Como ya hemos dicho, la hidroterapia se considera un excelente método de tratamiento en el proceso de rehabilitación, del cual diversos estudios remarcan los numerosos beneficios que obtienen de ella. Entre ellos:
• Favorece a la respiración.
• Favorece la circulación sanguínea.
• Efecto de relajación en la musculatura y el estado mental del paciente.
• Efecto analgésico gracias a la vasodilatación y la relajación.
• Reduce las contracturas musculares.
• Contribuye a mejorar el sistema inmunológico.
• Reduce el impacto del movimiento en las articulaciones.
• Favorece el equilibrio y la propiocepción.
• Aumenta la fuerza muscular
• Facilita los movimientos y además permite mejorar el rango.
Hidroterapia y fibromialgia
La fibromialgia es una patología reumática que se caracteriza por la sensación de dolor musculoesquelético crónico generalizado, acompañado además de fatiga crónica, rigidez, trastornos del sueño, dificultad en la memoria, estrés emocional, ansiedad o depresión y otros síntomas comunes como son el dolor de espalda, de cabeza, sensación de espasmo muscular y problemas de equilibrio y la marcha.. Por otro lado, según recientes estudios, la hidroterapia es uno de los tratamientos complementarios más efectivos para disminuir el dolor y recuperar la movilidad muscular, síntomas descritos en la fibromialgia.
Una de las opciones más recomendadas dentro del concepto de la terapia acuática es la hidrocinesitarapia donde se propone una serie de ejercicios aeróbicos acuáticos y de intensidad adecuada que favorecen el aumento de la capacidad aeróbica de los pacientes con fibromialgia. Generalmente se habla de que es necesaria, al menos, una intensidad moderada, y una frecuencia de 2 veces/semana durante 30-60 minutos para que esta capacidad aeróbica se vea aumentada.
Además de lo comentado anteriormente, el dolor puede aliviarse gracias a la presión hidrostática y los efectos de la temperatura sobre las terminaciones nerviosas, así como por la relajación muscular con lo que también se obtiene un efecto analgésico que es particularmente importante en pacientes con fibromialgia.
Otras terapias
Como hemos mencionado, la hidroterapia será un tratamiento complementario que al no ser invasivo será compatible con muchos otros tratamientos que se estén realizando entre los cuales los más comunes son:
Farmacológico:
Es común que se utilicen medicamentos para ayudar a reducir el dolor de la fibromialgia y a dormir mejor.
Terapia psicológica:
Se centra en la reducción de los síntomas clave mejorando el funcionamiento diario, el estado de ánimo y la sensación de control personal sobre el dolor.
Estiramientos:
Es más que evidente la importancia del estiramiento muscular en el tratamiento de la fibromialgia siendo básico prevenir la atrofia muscular dentro del cuadro clínico.
Terapia manual/fisioterapia:
Dentro de la terapia manual, se incluyen diversos procedimientos enfocados a mejorar los movimientos articulares y descontracturar tejidos blandos. La técnica más utilizada es el masaje puesto que ayuda a mejorar la flexibilidad muscular, la circulación sanguínea local y la linfática.
Andulación:
Se trata de otro tratamiento no invasivo que ofrece unos excelentes resultados en el tratamiento del dolor musculoesquelético. Gracias a su efecto estimulante sobre la circulación y el metabolismo, el abastecimiento de oxígeno y nutrientes a las células mejora notablemente, como también lo hacen la separación de sustancias nocivas y productos finales del metabolismo. Se recibe en una posición ergonómicas donde se unen el calor por infrarrojos y un masaje muscular mediante vibraciones mecánicas aleatorias.
Lánzate a la piscina, mejora tus síntomas.
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