Es saber cuidarnos y tener en equilibrio mente cuerpo y alma, no es vivir en un régimen estricto sino aprender a disfrutar de lo que podemos hacer de acuerdo a nuestras posibilidades.
Tener una alimentación que nutra, nos guste a la vista y disfrutemos siempre será un placer compartir, cuando lo hacemos también nutrimos el alma porque necesitamos de la compañía de quienes nos rodean.
Poder disfrutar de actividades al aire libre despeja nuestra mente y nos permite desconectarnos de la rutina diaria, ver gente a nuestro alrededor aunque no hablemos, ver la sonrisa de un niño o la convivencia familiar sana también es parte de ese equilibrio que necesitamos en nuestra vida.
Cuando tenemos una enfermedad crónica las cosas que queremos hacer a veces se atoran y no nos dejan avanzar, ten paciencia contigo, la calma y la aceptación nos ayudarán a poder encontrar nuestro propio equilibrio, nuestro propio tiempo y nuestro centro.
Debemos aprender a cuidar de nosotros, a tomar descansos productivos a ver nuestros pequeños logros cada día, a darnos cuenta de cada paso que avanzamos, poner atención en todo lo positivo que tenemos nos permite sentirnos mejor porque ese cuidado propio empieza desde nuestra mente, nadie más puede hacerlo por nosotros.
No desistas!! Recordemos que nosotros somos el eje principal de nuestro propio tratamiento. No descuides el movimiento, nuestro médico, terapia psicológica y alternativa, alimentación y aire libre, todo junto puede ayudarnos cada día a sentirnos mejor.
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