Qué vive de pequeñas cosas
De pequeños gestos.
De pequeños éxitos logrados con honestidad y tenacidad.
Feliz de conservar mis valores.
Porqué para mí son y serán siempre fundamentales.
La cruzada de la propia experiencia natural.
Es la qué me hace humana.
Con criterios y defectos.
Me buscó en cada situación.
Cómo una consejera inigualable.
Soy mi propia religión.
Mi propia sanadora.
De derrotas ganadas, perdidas y también aprendidas.
Porqué no voy a decir vencida.
No es mi debilidad.
Al contrario es mi fortaleza.
Ser mi propia acusadora.
Mi propia juez.
No sé de leyes.
Ni disciplinas.
Soy el propio remo de mi bote
¡Y cuerda o no!
Llevo marcas qué me volvieron de piedra
Y sentí en algún momento.
La cruda herida de mi pasado.
Y cómo dicen que el pasado se puede perdonar.
Pero no olvidar
Soy consciente
De qué si todo lo que viví
Fue a causa de ser frágil
Esa fragilidad aún sigue
Pero con armaduras
Nunca más...
Las mismas decisiones
Ya no...
He cambiado
Y lo siento cada ves que me miró en el espejo.
Con o sin huellas
Voy dejando
Mis pasos marcados en el barro.
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