A pesar de su alta prevalencia y del reconocimiento de la OMS desde 1992, la fibromialgia es una enfermedad controvertida, en la que algunos médicos continúan pensando que es una enfermedad funcional, por lo que las actuaciones médicas que se han realizado sobre los pacientes no han sido siempre las más adecuadas (diagnóstico tardío, escasa formación, sobre-diagnóstico).
Desde que se establecieron los primeros criterios diagnósticos, hasta el momento actual, los nuevos conocimientos en el control del dolor y los cambios plásticos que se producen a nivel cerebral con el dolor crónico, justifican esta nueva guía 2021.
La información recogida en la guía, está basada en la literatura científica existente, el consenso de sociedades científicas implicadas en su gestión (SER, SEMFYC) y en mi experiencia personal de 20 años en la asistencia de pacientes con fibromialgia.
El formato de la misma es ir dando respuesta a preguntas que se planten los pacientes, de forma sinóptica pero con múltiples enlaces a publicaciones personales previas, por si fuera del interés del lector profundizar en las mismas.
Se entiende por fibromialgia un cuadro de DOLOR generalizado, de más de 3 meses de evolución, acompañado de fatiga, alteraciones del sueño y síntomas psicosomáticos.
En la práctica clínica la paciente suele consultar por el dolor de larga evolución (años), inicialmente regionales que con el tiempo se van generalizado y agudizado. En su evolución, el dolor llega a producirse ante estímulos que habitualmente no provocan dolor (Alodinia) como por ejemplo, un abrazo, al tomarse la tensión arterial, tacto desagradable con el roce. Es dolor en estos momentos evolutivos es neuropático añadiéndose características como: hormigueos, quemazón, dolor urente, o en punzonazos.
El dolor se acompaña de otros síntomas alejados del aparato locomotor, como: el cansancio (fatiga) ante mínimas actividades, intolerancia al ejercicio, alteraciones del sueño, descanso poco reparador, intolerancias digestivas, alteraciones del hábito intestinal y la vejiga urinaria, cefaleas, dolores de mandíbula, sequedad de mucosas, disfunción sexual, alteraciones cognitivas (pérdida de memoria, dificultad para concentrarse y la comprensión, encontrar las palabras adecuadas, etc.), hipersensbilidad a factores ambientales (frío, calor, ruidos, olores, o estímulos luminosos) y síntomas ansioso-depresivos secundarios a las limitaciones funcionales que afectan a la calidad de vida del paciente.
A veces, la descripción por parte del paciente de todos estos síntomas es suficiente para establecer el diagnostico. Aunque personalmente creo es fundamental la exploración constatando hiperalgesia, alodinia y, descartando otros cuadros concomitantes y que hayan podido ser los responsables de su instauración. Diagnóstico Diferencial con otras enfermedades.
¿CÚAL ES SU EVOLUCIÓN?
La fibromialgia tiene un curso crónico, con brotes en relación con estresores ambientales, emocionales o físicos. Afecta fundamentalmente a un 2% de la población (principalmente mujeres en la edad media de la vida).
La fibromialgia provoca: Pérdidas de jornadas laborales, abandonos voluntarios de la actividad laboral o incapacidades laborales permanentes.
En relación con la vida familiar, se ha observado un número mayor de separaciones y roturas de la unidad familiar.
¿POR QUÉ Y CÓMO SE PRODUCE?
La enfermedad se puede producir en personas predispuestas genéticamente (existe un componente de agregación familiar y se han identificado genes relacionados con aminas que intervienen en el control del dolor), en los que han fracasado los mecanismos y estrategias adaptativas ante situaciones estrés crónico (físico, psíquico/emocional).
Estrés físico (cirugía, traumatismo, enfermedad de base) o, emocional (situación ambiental estresante) mantenidas de forma crónica, llegan a superar los mecanismos adaptativos de algunas personas. Existe un fracaso de las vías descendentes inhibitorias del dolor, con una disminución del dintel doloroso. Estímulos que habitualmente no provocan dolor, se sienten desagradables y con dolor.
El dolor acrecentado por estrés crónico provoca un disbalance de neurocitocinas (serotonina, noradrenalina, dopamina) que intervienen en el control del dolor. Se altera la fina red neuronal cerebral produciéndose cambios plásticos en el mismo que se conoce como SENSIBILIZACIÓN CENTRAL y que es la responsable de síntomas en todos los órganos y sistemas:
Síntomas disautonómicos: Mal control de la temperatura, sudoración, frecuencia cardiaca, fatiga, mareos, vértigos inestabilidad, hipersensibilidad a estímulos, cefaleas, migraña, hiperreactividad de vejiga urinaria, dolor temporo-mandibular, disfunción sexual, sequedad de mucosas, y prurito, lo que genera una mala calidad de vida.
¿CÓMO SE DIAGNOSTICA?
El diagnóstico se realiza exclusivamente por las manifestaciones clínicas. Aunque en el momento actual, el diagnóstico se puede establecer sin explorar al paciente. Personalmente creo que la exploración aporta mucha información: Hiperalgesia, Alodinia, contracturas, estigmas de otras afecciones del aparato locomotor, etc.
El especialista que puede realizar mejor el diagnóstico de fibromialgia es el reumatólogo. Cuando acudas, ve acompañada de un familiar o un amig@ porque a veces es difícil recordar todo y es fácil que se olviden aspectos relevantes de la enfermedad. Aprovecha la consulta para preguntar dudas.
La presencia de fibromialgia no descarta la existencia de otras enfermedades. Un 30% de l@s fibromialgic@s tienen otras enfermedades (Hiperlaxitud de ligamentos, LES, artrosis, Sjögren, artritis reumatoide).
Las analíticas son normales. Las alteraciones en las aminas alteradas (A, NA, S) y en las pruebas de imagen (RMNf, TACep) no se realizan en la práctica clínica diaria por ser inespecíficas.
¿CUÁL ES SU TRATAMIENTO?
El objetivo primordial del tratamiento debe ser mejorar los síntomas y la calidad de vida del paciente con fibromialgia.
Para ello es fundamental informar bien al paciente sobre su enfermedad y las opciones terapéuticas disponibles.
El tratamiento debe ser individualizado, combinando fármacos junto con una serie de medidas generales personalizadas (dieta, ejercicio, orientaciones para otros problemas).
El tratamiento ha de ser integral, teniendo en cuenta la comorbilidad, tratamientos, y factores ambientales corregibles. Interdisciplinar en el que pueden intervenir: Reumatólogo, Médicos de familia, psicólogos, psiquiatras, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, y enfermería.
La implicación de la paciente en el logro de estas Medidas Generales personalizadas es fundamental para la recuperación. La paciente debe ser la protagonista de su recuperación.
ALIMENTACIÓN: Dieta variada y equilibrada mediterránea. Con un mayor consumo de verduras y frutas, Es preferible el pescado sobre la carne, magras (sin grasa), o las de aves. Leche semi o descremada, sin lactosa, con calcio.
Evitar embutidos, mantequillas, quesos grasos, bollería y productos procesados industrialmente. Evitar alcohol, tabaco y café
EJERCICIO FÍSICO aeróbico (andar, correr, natación, bicicleta estática, etc.) ha demostrado un beneficio claro sobre síntomas como el: dolor, ansiedad e impacto global sobre la calidad de vida. Saber más...
MEJORAR EL SUEÑO , es necesario descartar otras patologías que pueden alterarlo: SAHOS, síndrome de piernas inquietas, depresión, anemia, hipotiroidismo.
CUIDAR EL ENTORNO FAMILIAR Y SOCIAL (amigos, familiares, asociaciones de pacientes). Suponen una gran ayuda para muchos pacientes para afrontar la enfermedad.
TRATAMIENTO PSICOLÓGICO La terapia cognitiva conductual y la reciente terapia del “mindfulness”, son las intervenciones psicológicas que han demostrado mayor eficacia para el tratamiento de la fibromialgia.
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO. Se trata de una enfermedad crónica, y la medicación ha de ser prolongada, por ello, en la estrategia terapéutica a largo plazo es necesario tener en cuenta:
• La paciente debe de colaborar en su recuperación (Debe ser la protagonista)
• Utilizar el mínimo número de fármacos. Evitar la polifarmacia y los efectos adversos
• Ascensos terapéuticos lentos por la hipersensibilidad e intolerancias frecuentes
• Evitar efectos secundarios
• Valorar cualquier intervención quirúrgica
• No es conveniente el uso de antinflamatorios, salvo en periodos cortos de agudización o para el tratamiento de enfermedad intercurrente.
• En el control del dolor se usan
• Gabapentinoides (Pregabalina, Gabapentina).
• Opioides (derivados de la morfína).
• Antidepresivos: Mejoran el dolor, las alteraciones del sueño, el estado de ánimo, la fatiga y la calidad de vida.
Muchos pacientes en su desesperación, recurren al uso de Medicinas alternativas o Pseudomedicinas.
Tratamientos como: La homeopatía, la terapia Neural (procaina), La estimulación nerviosa transcraneal, la acupuntura, la magnetoterapia, el ozono, la cámara hiperbárica, la quiropraxia, la osteopatía, el reiki, la limpieza colónica, la terapia de hierbas, las flores de bach., venenos de serpiente o abejas (crotoxina), Ninguno de ellos han demostrado eficacia en ensayos clínicos controlados en la fibromialgia y su uso no está justificado desde el punto de vista científico.
Artículo por: Doctor Ponce