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29 jul 2015

Fibromialgia y ejercicio físico

Dolor, fatiga y depresión acompañan a los fibromiálgicos, volviéndoles sedentarios. Es difícil convencer a una persona que se siente terriblemente cansada que debe hacer ejercicio físico, pero es fundamental.

Se han estudiado diversos programas de ejercicios aeróbicos tanto en tierra como en agua, de fuerza, de elasticidad, flexibilidad, combinaciones de estos y recientemente ejercicios de movimiento como el chi qungtaichi y yoga. Por ejemplo, realizar tres veces por semana Pilates mejora de forma considerable el dolor y el impacto funcional; al igual que practicar dos veces por semana la marcha nórdica, que aumenta la capacidad funcional sin modificar el nivel de dolor.
El gran problema es el mantenimiento de esta mejoría, ya que la adherencia al ejercicio en los pacientes con fibromialgia es relativamente baja por creer que después del ejercicio se encuentran más doloridos y cansados.
Según una revisión Cochrane de las investigaciones al respecto, el entrenamiento con ejercicios de resistencia de dos a tres veces por semana y durante doce semanas puede ayudar a reducir de manera importante el dolor, los puntos más sensibles e incluso la depresión, lo que en general se traduce en una mejora visible del bienestar general.
Por otra parte, la intensidad del entrenamiento con ejercicios aeróbicos también tiene efectos beneficiosos y reduce el dolor, pero debe incrementarse paulataminamente hasta llegar a un nivel normal o moderado. Si al realizar los ejercicios, los pacientes fibromiálgicos perciben un empeoramiento de los síntomas, deben rebajar la intensidad hasta que éstos se aminoren. Este tipo de ejercicios se deben realizar durante al menos 20 minutos una vez al día.

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