En la depresión parece que existe una barrera entre nosotros y nuestra vida. La meditación se ocupa de atravesar esa barrera, de manera que puede ser una práctica muy apropiada para nosotros. La meditación es una de las pocas cosas que pueden realizarse en medio de la depresión, porque todo lo que nos pide es que nos sentemos, permanezcamos quietos y pongamos atención.
Cuando tenemos la sensación de que no hacemos nada bien, y de que hacer cualquier cosa requiere de un esfuerzo extremado, la meditación puede convertirse en una práctica maravillosa, porque es, a la vez, rigurosa y suave.
El vasto cielo abierto que es la meditación es lo suficiente grande para incluir nuestra depresión. No tenemos que sentir que hay que dejar la depresión fuera; podemos llevarla con nosotros a la meditación.
El vasto cielo abierto que es la meditación es lo suficiente grande para incluir nuestra depresión. No tenemos que sentir que hay que dejar la depresión fuera; podemos llevarla con nosotros a la meditación.
En la meditación sentada enseñada en el Dojo (lugar donde se practica za zen) no hay pensamiento de ganancia o pérdida, ni de progreso que deba ser realizado, o de iluminación que deba ser alcanzada. Se lleva a cabo simplemente para explorar el momento de forma tan completa como sea posible.
No hay una manera adecuada ni equivocada de practicarla. Si puede mantener la atención en la respiración aunque sólo sea durante dos segundos, eso es precisamente lo que hay que hacer. Regañarse o juzgarse no forma parte de la meditación, (puede ser parte de la depresión, pero la meditación puede ayudar a suavizar esa voz crítica).
No hay una manera adecuada ni equivocada de practicarla. Si puede mantener la atención en la respiración aunque sólo sea durante dos segundos, eso es precisamente lo que hay que hacer. Regañarse o juzgarse no forma parte de la meditación, (puede ser parte de la depresión, pero la meditación puede ayudar a suavizar esa voz crítica).
Sólo necesita parar, sentarse, respirar y poner atención con todas sus fuerzas. No comparar este momento con la meditación de ayer, o de la semana pasada, o de hace dos minutos. Ahora, en este preciso momento, hágalo lo mejor que pueda.
La meditación no es nada especial o exótico. Simplemente es disminuir la velocidad para escuchar lo que hay en nuestro interior y lo que nos rodea. ES poner atención en cuerpo y mente a cada momento tal como éste ser presenta. La meditación se realiza con mente y corazón, pero también con el cuerpo. Ponga atención a cómo se halla sentado. Mantenga la espalda estirada, en lugar de doblada o ladeada. .
La manera ideal de practicar meditación es hacerlo cada día. Algo tiene lugar con la práctica regular de la meditación, con el compromiso de meditar tanto en los días buenos como en los malos.
En primer lugar, la práctica diaria nos permite empezar a ver que de hecho no hay meditación buena ni mala. Simplemente lo hacemos lo mejor que podemos. Algunos días nuestra mente está tranquilla, nuestro cuerpo se siente a gusto, y nos encontramos en un periodo de silencio y alegría renovadores.
La meditación no es nada especial o exótico. Simplemente es disminuir la velocidad para escuchar lo que hay en nuestro interior y lo que nos rodea. ES poner atención en cuerpo y mente a cada momento tal como éste ser presenta. La meditación se realiza con mente y corazón, pero también con el cuerpo. Ponga atención a cómo se halla sentado. Mantenga la espalda estirada, en lugar de doblada o ladeada. .
La manera ideal de practicar meditación es hacerlo cada día. Algo tiene lugar con la práctica regular de la meditación, con el compromiso de meditar tanto en los días buenos como en los malos.
En primer lugar, la práctica diaria nos permite empezar a ver que de hecho no hay meditación buena ni mala. Simplemente lo hacemos lo mejor que podemos. Algunos días nuestra mente está tranquilla, nuestro cuerpo se siente a gusto, y nos encontramos en un periodo de silencio y alegría renovadores.
Podemos tratar con nuestra depresión de la misma forma. Cada día, sea bueno o malo, lo hacemos lo mejor que podemos. Ponemos atención en cómo nos sentimos. Nos reunimos con la depresión y la vemos tal como es, en éste y en cada momento.
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