La fibromialgia es una enfermedad que provoca dolores de tipo muscular y que puede estar acompañada por otros trastornos físicos y mentales que incluyen cansancio, deterioro cognitivo, síndrome del intestino irritable y problemas de sueño. Más del 90 por ciento de quienes son diagnosticados con el síndrome son mujeres.
Los científicos todavía no han identificado la causa del síndrome. Se han intentado una serie de tratamientos para aliviar el sufrimiento de los pacientes, desde fármacos a cambios de estilo de vida, pero con éxito limitado.
Quizá la situación pueda mejorar de manera notable gracias a un nuevo tratamiento en una cámara hiperbárica, investigado recientemente por científicos de la Universidad de Tel Aviv, el Centro Sagol de Medicina e Investigación Hiperbáricas adscrito al Centro Médico Assaf Harofeh, y la Universidad Rice en Houston, Texas, esta última institución en Estados Unidos y el resto en Israel.
El equipo del Dr. Shai Efrati, cuya propia madre padece el síndrome, ha llevado a cabo un estudio minucioso del posible nuevo tratamiento. La investigación incluyó un ensayo clínico sobre mujeres diagnosticadas con fibromialgia. Los resultados del ensayo indican que el doloroso trastorno mejoró en cada una de las 48 que completaron dos meses de terapia hiperbárica de oxígeno. Los escaneos cerebrales de las mujeres antes y después del tratamiento respaldan la teoría de que unas anomalías en las áreas del cerebro relacionadas con el dolor podrían ser las responsables del síndrome.
En las cámaras hiperbáricas de oxígeno se expone a los pacientes a oxígeno puro a presiones más altas que las de la atmósfera. Se emplean habitualmente para tratar a pacientes que han sufrido embolias, quemaduras, intoxicación por monóxido de carbono y síndrome de descompresión (que afecta a los buzos), entre muchos otros trastornos.
Se emplearon en el estudio dos cámaras hiperbáricas de 20 asientos en el Centro Sagol de Medicina e Investigación Hiperbáricas en Israel. (Foto: Sagol Center for Hyperbaric Medicine and Research)
Un efecto de la exposición es la introducción de más oxígeno en el torrente sanguíneo del paciente, que lo lleva al cerebro. Las pruebas anteriores conducidas por Efrati permitieron determinar que el tratamiento hiperbárico de oxígeno provoca una neuroplasticidad que lleva a reparar funciones cerebrales que estaban deterioradas de manera crónica, y a una mejor calidad de vida para personas que han sufrido un derrame cerebral o un traumatismo craneoencefálico moderado, incluso años después de la lesión.
Para el ensayo clínico se reclutó a 60 mujeres a las que se les había diagnosticado fibromialgia al menos dos años antes. Doce abandonaron el ensayo por diversas razones. Las 48 que lo completaron recibieron 40 sesiones, cinco días a la semana a lo largo de dos meses. Los tratamientos de 90 minutos expusieron a las pacientes a oxígeno puro, a una presión dos veces superior a la atmosférica.
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