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29 abr 2015

EJERCICIOS EN AGUA CLIMATIZADA >>>


Existen numerosos estudios que demuestran consistentemente que los ejercicios en agua tibia pueden ayudar a los pacientes con fibromialgia, que de hecho los toleran mucho mejor que cualquier otra clase de ejercicios. La terapia acuática no es lo mismo que la relajante experiencia de sumergirse en una tina o baño caliente. Estos ejercicios pueden ser extenuantes; mientras más trabaje sus músculos en el agua (hasta un punto razonable), mejor se sentirá luego.
Si su doctor o fisioterapeuta le recomiendan terapia acuática para los síntomas de la fibromialgia, inténtelo. Ejercitarse en agua tibia de dos a cuatro veces por semana le puede ser de mucha ayuda, logrando entre algunos de los beneficios:
• Mejorar el umbral del dolor
• Reducir la cantidad de puntos gatillos
• Reducir el dolor
• Impulsar las funciones cognitivas
• Disminuir la ansiedad y depresión
• Percibir su condición de manera menos severa

De esta manera:
• Los ejercicios son de bajo impacto, así que no lastiman los músculos y articulaciones.
• La flotabilidad reduce los efectos de la gravedad, por lo que moverse requiere menos esfuerzo.
• El agua proporciona resistencia, lo que le ayuda a fortalecerse y desarrollar mejor balance.
• La inmersión en el agua le ayuda a relajarse y disminuye la percepción del dolor.
Se sabe que el agua fría puede tensar los músculos, contraindicado en estos casos, además muchas personas con FM no toleran el frío. La temperatura ideal para la terapia acuática es de 32°C.
Los ejercicios en agua son fáciles de aprender y usted puede ir haciendo nuevos ejercicios poco a poco. En lugar de numerosos y difíciles pasos por cada procedimiento, simplemente se empuja agua en varias direcciones. Nuestros brazos y piernas son una maravilla de la funcionalidad, pivoteando y flexionando hombros, codos, muñecas, cadera, rodillas y tobillos. Se le ocurrirán muchas formas de hacer trabajar a sus músculos.
El beneficio terapéutico de los ejercicios en agua (ya avanzado el programa de entrenamiento) se incrementa al usar pesos en las muñecas y los tobillos durante los ejercicios. Mientras más resistencia encuentren los brazos y piernas al moverse en el agua (razonablemente por supuesto), mayor será la disminución del dolor eventualmente.
Antes de empezar
• Valide con su médico antes de iniciar la terapia acuática o cualquier programa de ejercicios.
• Consiga un terapeuta o instructor calificado.
• Empiece despacio, con sesiones cortas y de baja intensidad y vaya incrementando gradualmente.
• Comience con 2 sesiones por semana, con varios días de por medio, para evaluar cómo reacciona su cuerpo al ejercicio.
• Tenga claras sus limitaciones, y no sienta que debe completar toda la clase.
• No trate de extralimitarse más allá del dolor, porque se sentirá peor después.
• Hable con el doctor sobre los horarios y medicamentos que está tomando. Si los toma antes de ejercitarse, puede pasar por alto las señales que su cuerpo le mande para hacerle saber que está trabajando demasiado fuerte.
Sea paciente cuando inicie la terapia acuática, ya que (como en todo entrenamiento) pueden pasar varias semanas antes de que empiece a notar alguna diferencia. Pero vale la pena y el esfuerzo, porque después se convierte en necesario placer!!

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