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12 ene 2016

FIBROMIALGIA ENFERMEDAD DE GENERO O REALIDAD SOCIAL ?


Excelente el articulo que ha escrito el Dr. Martos, sin ninguna duda recoge la mayoría de la realidad que lleva denunciando las comunidades con ese calificativo que le ha dado como invisible, invisible ante la familia, la sociedad, la medicina, el poder judicial, todas estas discriminaciones se sufren y llevan consigo adosadas la enfermedad de Fibromialgia.
Un diagnóstico que habrá tardado años en llegar y las consecuencias de la enfermedad (despidos, separaciones, violencia de genero, suicidios) ya estarán patentes pero que si se diagnostica con el tiempo y la cronicidad de la enfermedad llevará a algunas de sus consecuencias como despidos laborales, separaciones, violencia de genero, pobreza y hasta indigencia.
La fibromialgia es mayoritariamente femenina, su pre-valencia es mayor en las mujeres probablemente por un factor hormonal pero también la sufren los hombres y en los hombres la discriminación es más agresiva, a las mujeres se les tacha de blandas, vagas; a los hombres se les tacha de aquellos de la cera de enfrente y uso estas palabras porque están escritas tal y como se pronuncian la mayoría de veces. Desde aquí siempre se han abordado todos los temas por muy duros que sean.
Y no, no es que los haya sufrido yo todos, es lo que a través de la labor de años vivo día a día, lo plasmo y lo expongo a los ojos de todos; los enfermos de fibromialgia no somos enfermos de género, no somos enfermos vapuleados por la discriminación, NO.

Somos el resultado de todas las miserias y prejuicios de las mentes intolerantes, de las ideas preconcebidas, de lo que se esconde tras la falta de empatia, somos victimas de los juicios rápidos que se basan en etiquetas y esteorotipos. Los enfermos de fibromialgia somos un submundo dentro de este mundo, un 4% de la población puede reflejar perfectamente nuestra realidad social, la alta competitividad, la perfección a la que estamos sujetos mujeres y hombre. La perfección laboral, la perfección en la belleza, la perfección en la inteligencia; debemos ser hombre y mujeres perfectos. La enfermedad acaba con la perfección y la forma más fácil de justificar la perfección es la etiqueta; una etiqueta que nos justifica que podemos salir corriendo, porque no queremos problemas.
Las comunidades de enfermos de fibromialgia es una muestra de como está conformada la sociedad, existen mujeres y hombres preparados culturalmente y laboral-mente, mujeres y hombre especializados en trabajos de gestión, en trabajos de producción manual. La realidad que me encuentro día a día es que lucha quien ya no tiene que perder y el ocultismo de quien intenta preservar su status social y laboral y que a pesar de preservarlo a lo largo de los años acaba desembocando en el grupo de los que ya no tiene que perder.
¿Qué está sucedidendo? La realidad, el tiempo nos está mostrando que las etiquetas están discriminando a una comunidad de hombres y mujeres con una vida completamente normal y que a raíz de una enfermedad sufren muchas discriminaciones; está sucediendo que el tiempo se está encargando de poner las cosas en su sitio y que a pesar de ocultar, no querer tratar la enfermedad se están mostrando sectores altamente discriminados. Actuando como se suele actuar ahora, ocultando números, sólo que en este caso estamos ocultando personas, personas completamente normales que tras un diagnostico deben sufrir infinidad de problemas aparte de la enfermedad y que lo asumen con una gran valentía.
No señores, no somos victimas, somos luchadores. Sólo que nuestros logros se esconden debajo de una alfombra, proposiciones no de ley aprobabas como mínimo hace diez años y que nos garantizan unos derechos asistenciales y que después de tantos años seguimos siendo tratados como culpables, tenemos que demostrar que somos enfermos. No, nos lo hacemos por culpa de esas etiquetas que son supercomodas de aplicar para obviar un gran problema.
Todas las comunidades de Fibromialgia están formando una gran red, eso significa UNIÓN; sólo que las limitaciones y las necesidades del colectivo hace que se creen muchas para atender las necesidades y cada asociación cumple diferentes objetivos de quien tiene más cercano.
Miles y miles de historias, estar cerca día a día cada vez me acerca a una conclusión dura, muy dura, se está cometiendo un genocidio con un colectivo; por quienes?
No hay un sólo culpable, hay mucho, por todos; todos aquellos que en la obligación de su función desoyen las necesidades del enfermo o que la falta de empatia hace desvincularse de esa realidad. La fibromialgia no es una enfermedad de género, sino, una enfermedad que refleja nuestra sociedad hasta tal punto que la saturación de químicos en la que vivimos está desembocando en otra enfermedad, la sensibilidad química múltiple. Puede haber algo más real?
Muchos se preguntarán ¿Por qué hablo, qué me da autoridad para hacerlo? Es muy sencillo, callar algo de lo que estas siendo testigo, que estas sufriendo y que estás trabajando para que cambie te lleva a la obligación del habla, el silencio te convierte en un cómplice más de esta larga cadena de despropósitos.
Y para quien puede ver en esto un atisbo de “ser especiales” echemos la vista atrás, veamos como han sido tratados los enfermos de cáncer, los enfermos de sida, los enfermos de enfermedades mentales, seamos justos y claros no hagamos subgrupos dentro de las enfermedades. Seamos valientes y asumamos que tratar con la enfermedad no nos gusta para nada y que esta sociedad fomenta el ocultar los problemas de salud tras etiquetas.
Sí algo refleja la fibromialgia es ese miedo terrible que tiene el hombre a enfrentarse a la enfermedad ya sea sufriendola o ayudando.

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