El desconocimiento social de las enfermedades como la Fibromialgia y el Síndrome de Fatiga Crónica, las dificultades de detección a través de pruebas científicas y el diagnóstico tardío han generado durante años un malestar en los enfermos y una actitud de incomprensión por parte de sus familias y de su entorno social.
Actualmente, tanto las organizaciones médicas internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 1992 y el Parlamento Europeo en 2008 (reconocen dichas enfermedades reumatológicas como tales e identifican sus síntomas, diagnóstico y tratamiento).
Actualmente, tanto las organizaciones médicas internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 1992 y el Parlamento Europeo en 2008 (reconocen dichas enfermedades reumatológicas como tales e identifican sus síntomas, diagnóstico y tratamiento).
1. En los últimos años ha empezado a producirse una "mayor" difusión de la información sobre estas enfermedades, generando un poco más de sensibilización en la opinión pública (la sociedad) y en las autoridades competentes en la materia (tanto en el ámbito socio médico, como organismos públicos vinculantes).
2. Así mismo, la información sobre estas enfermedades ha dado paso a una actitud de reconocimiento y comprensión en el sí de la sociedad, contribuyendo a un mejor bienestar personal y moral de las personas afectadas.
3. Se ha potenciado la investigación científica, produciéndose hallazgos que abren el camino a una intervención multi-disciplinar con un enfoque terapéutico cada vez más satisfactorio para los enfermos.
Y aunque el camino recorrido para los pacientes ha ido mejorando conforme pasa el tiempo ya que hace aproximadamente unos diez años eran casi totalmente desconocidas, se considera que aún falta mucho por hacer.
1. EL PACIENTE; Cambios en el estilo de vida:
La aparición de las enfermedades de Fibromialgia y/o Síndrome de Fatiga Crónica generan una serie de limitaciones en el paciente, que deberá replantearse su vida cotidiana desde una nueva perspectiva:
- Evitar las sobrecargas físicas y emocionales, frenar el ritmo de vida y bajar el grado de autoexigencia; vivir con dolor y cansancio NO es fácil.