Amo y admiro a esas Mujeres.
Amo y admiro a esas mujeres, que tienen la fuerza de un huracán.
Amo y admiro a esas mujeres con el aplomo, grandeza y resistencia de un Roble,
Amo y admiro a esas mujeres, que el Ser que inunda sus cuerpos y los ánima, es más bello que el mismo milagro de la vida.
Amo y admiro a esas mujeres, fuertes, resistentes que a la vez son tan frágiles y sensibles, como el más fino y delgado cristal, que muestran en su interior ser más hermosas, que las rosas y las exóticas y exquisitas orquídeas… y a la vez, como la más sencilla, pura y alegre florecilla silvestre.
Amo y admiro a esas mujeres, que no tienen límite cuando de ternura, amar y proteger se trata.
Amo y admiro a esas mujeres, fuertes audaces, creativas, emotivas, decididas e inteligentes.
Pero más amo y admiro… a esas mujeres que han descubierto a Dios en ellas y conscientemente se han integrado a él… y por esta hermosa razón, se ha develado ante sus almas, el don de la sabiduría y lo han puesto en acción…