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11 feb 2021

Fibromialgia

He aprendido mucho por tener fibromialgia. 
Algunas son cosas que desearía no haber experimentado nunca, mientras que otras me han hecho una mejor persona. 
A continuación las cinco cosas que he aprendido:
1. Está bien decir 'no'. 
Pasé la mayor parte de mi vida tratando de complacer a todo el mundo, así que rara vez pronunciaba la palabra "No". 
Ahora parece la única respuesta a cada pregunta que me hacen. 
Decir que no, era algo que odiaba hacer. 
Me sentía como si estuviera dejando a la gente. 
Aprender a decirlo y no sentirme culpable fué difícil.
Me di cuenta de que mi cuerpo no me permite hacer todo lo que me gustaría. 
No es culpa mía y no debería sentirme culpable por ello. 
Ya no soy voluntaria ni me inscribo para eventos o proyectos, porque no siempre puedo cumplir mis compromisos. 
Odio cancelar en el último minuto, pero hay veces que es necesario. 
He hablado con familiares y amigos para que entiendan que hay veces en que no puedo hacer lo planeado debido a mi salud. 
Si no entienden, es su problema, no el mío.

2. No todos los médicos saben lo que están haciendo.
Los médicos son personas comunes y corrientes. 
Cometen errores. No lo saben todo. 
Tienen malos días, y a veces toman decisiones que no deberían. 
Si pienso que cualquier profesional médico no entiende lo que estoy diciendo o no me escucha, me voy de allí. 
Es hora de un nuevo médico. Conseguir una segunda, o incluso una tercera opinión, no es algo malo. 
Si no me siento bien, voy a otro lugar. 
Mi salud depende de médicos que están bien informados y que se tomen el tiempo para escucharme.

3. Escuchar a su cuerpo.
Odio admitirlo, pero he causado yo misma algo de mi dolor y sufrimiento. 
No escuché a mi cuerpo cuando debería haberlo hecho. 
Si estoy en mucho dolor, ahora descanso. No me presiono como lo hice cuando era más joven. 
Estar en sintonía con su cuerpo es una de las mejores maneras de saber cuando una crisis está a punto de llegar. Tengo signos indicadores que busco. 
Los dolores de cabeza, y en los hombros, suelen ser los primeros indicadores de que una crisis está a la vuelta de la esquina. 
No puedo detenerla, pero puedo estar preparada para ella.

4. Descubrí quiénes son mis verdaderos amigos.
He perdido amigos y familiares por mi enfermedad. 
Aprendí de la manera más dura quién realmente se preocupa por mí. 
He cortado a algunas personas, porque estar cerca de ellas era perjudicial para mi salud. 
¿Para qué quiero someterme a la negatividad y a las acusaciones? 
Prefiero a las personas que me construyen, no a los que me derriban.

5. No estoy sola.
Y tú tampoco. Cuando empecé a experimentar síntomas, las computadoras e Internet no existían. 
Ahora tenemos el mundo al alcance de la mano. 
Los grupos de apoyo en línea han sido una fuente de amistad y amor. 
Hay tantos que se sienten como yo en todo el mundo... Ahora tengo amigos con los que puedo expresar mis sentimientos, lo que me resulta purificante. 
Valoro a los amigos que he hecho en línea. 
He conocido a algunos increíbles guerreros de la fibromialgia, que me han enseñado más acerca de esta enfermedad y también me demostraron que todavía importo!.
Mi enfermedad no me define, pero ha cambiado mi vida de maneras que nunca imaginé. 
Tomar el tiempo para realmente pensar en lo que la fibromialgia me ha enseñado, me ha dado una nueva apreciación de la vida. 
Ver cómo he evolucionado con los años no es tan deprimente como pensé que sería. 
Aunque he sufrido física y emocionalmente, soy una persona más fuerte por esa razón.

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