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19 mar 2016

¿Qué tanto te dejas recibir amor de los demás?

¿Te cuesta trabajo recibir ayuda de los demás, amor, piropos, cariño, regalos, sorpresas? ¿Pero al mismo tiempo lo anhelas con todo el corazón?
Necesidad de amor vs necesidad de ser fuerte
Es curioso como quienes tendemos a presentar ansiedad, necesitamos mucho del amor de los demás, y al mismo tiempo no nos damos tanto chance de recibirlo.  No nos damos chance porque tenemos otra necesidad igual de fuerte, o inclusive a veces más fuerte: la necesidad de vernos fuerte ante los ojos de los demás.
Entonces, ¿cómo vamos a poder conciliar estas dos necesidades? ¿cómo le hacemos para vernos fuertes pero al mismo tiempo recibir el apoyo y amor de los demás en los momentos en los que no nos sentimos tan fuertes?
Acepta tu vulnerabilidad
Hemos de aceptar esos momentos en los que nos gana la vulnerabilidad o debilidad emocional, alzar la mano y pedir ayuda a quien nos quiere, y si nos quiere… nos dará esa ayuda con mucho gusto.

Por otro lado, si ya te la están dando, es difícil aceptar la ayuda porque reafirma lo que no quieres que sea reafirmado: que en ese momento no tienes las fuerzas para poder tu sólo.
Pero por eso mismo es importante que te dejes recibir ayuda y te des cuenta por ti mismo que eso no te hace ni débil ni incapacitado; tan sólo te hace humano.
Hazle caso a la oxitocina
Y es muy interesante que en los momentos de estrés, el cuerpo segrega oxitocina, la cual es la “molécula del amor”, ya que nos lanza el llamado de acercarnos a los demás, y al no hacerle caso, aumentamos el estrés.  El cuerpo es tan sabio, que por algo la segrega: para que te acerques a los demás y te dejes recibir amor. Encuentra más información aquí: 
Encuentra el equilibrio
Encuentra el equilibrio entre valerte por ti mismo, tomar tus propias decisiones y ser considerado un adulto para quienes te rodean, y al mismo tiempo, reconocer cuando no puedes por tí mismo, y aceptar la ayuda que quienes te quieren gustosamente te ofrecen.
De tarea
Para que pases a la acción, te dejo de tarea que un día a la semana te dejes recibir, que no hagas absolutamente nada por los demás, que pidas lo que necesites y que te dejes consentir.  Que antes de saltarte a resolver tú algo, se lo pidas a quien tengas a lado.
Es simplemente tener la disposición de recibir, y verás como las personas a tu alrededor inmediatamente lo empiezan a hacer.

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